martes, 9 de abril de 2013

Descubriendo la NCAA

Tras una larga sequía de días sin postear ningún artÍculo, me gustaría contaros que ayer descubrí un universo paralelo en lo que a baloncesto se refiere, ya que jamás había visto un partido de la liga universitaria de baloncesto norteamericano por excelencia, la NCAA, pero creo que la próxima temporada la comenzaré a seguir con mayor asiduidad, dado que ayer disfruté como un enano viendo la final, en la que los Cardinals de Louisville lograban imponerse a los Wolverines de Michigan.


                    76                        82

La verdad es que me costó mucho meterme en harina, algo normal porque no conocía a ningún jugador y la normativa de la NCAA es muy diferente a la Fiba o la NBA.

Podríamos decir que es un reglamento un  poco chapado a la antigua dado que se juegan 2 tiempos de 20 minutos, con 35 segundos por posesión, la linea de 3 se encuentra a la distancia de 6,37 metros, al sacar de fondo o banda no existe el campo atrás, y existe una modalidad de tiros libres 1+1 (si fallas el primero se va al rebote, ocurre entre la sexta y la décima falta de equipo, siempre que no sea falta de tiro que se castiga con los típicos 2 tiros libres) ... Sin olvidarnos de los insoportables 18 tiempos muertos (5 por equipo y 8 de la televisión).

Además había oído comentar que muy de merienda en merienda los partidos son absolutamente infumables por las largas posesiones y el escasísimo acierto de cara a canasta, pero no fue el caso de esta grandísima y eléctrica finalísima con un montón de sorpresas.

El partido comenzó con un duelo entre Trey Burke (Wolverines) y Wayne Blackshear (Cardinals) que colocaría el empate a 7 en el marcador muy rápido.

Las 2 faltas tempraneras de Burke, parecia que podían ser claves para el desarrollo del partido y decantar pronto la balanza del lado de los Cardinals, pero contra pronóstico, el base reserva de los Wolverines, Spike Albrecht, que tenía una media de 1,8 puntos por partido y un máximo de 10 puntos en la temporada, se destapó a base de triples con cuatro consecutivos, lo que le haría colocarse con 17 puntos con poco más de 10 minutos de juego con su parte, lo que unido al sorprendente dominio del rebote de los Wolverines, y a una buena zona de ayudas que no conseguían atacar los Cardinals, les daría una ventaja más que interesante (33-21).

Luke Hancock

Pero Albrecht no iba a ser el único tapado que la iba a liar, dado que los Cardinals se encomendaron a Luke Hancock, un jugador cualquiera hasta esta final a 4 en la que ha explotado, que devolvería la moneda a Albrecht con otros 4 triples casi consecutivos, lo que hacía que llegáramos al descanso con un apretado 38-37. 

Albrecht con 17 y Hancock con 16 eran los más destacados hasta entonces.

Tras la reanudación, Burke regresó al partido ya sin problemas de faltas y muy fresco, lo que supuso un pequeño tirón inicial de los de Michigan al comienzo de la segunda parte (46-42).

Pero los Cardinals se pusieron serios y comenzaron a imponer su superioridad como equipo poco a poco, dado que los Wolverines ya no estaban tan acertados desde el perímetro y eran incapaces de atacar la zona 2-3 de los de Louisville de otro modo. Eso unido a que una de las estrellas de los Cardinals, el playmaker Peyton Siva, tomo las riendas del partido, hizo que los de Louisville se pusieran por delante 52-54.

Trey Burke

Los Wolverines parecía que solo eran capaces de anotar gracias a las penetraciones de Burke, que mantenía un gran mano a mano con Siva. No obstante, y aunque los Cardinals parecían tener cogido el toro por los cuernos, no eran capaces de obtener una renta de garantías (60-63).

Pero la consistencia de los Cardinals tenía que imponerse y asi fue. Siva continuaba con su buena dirección de juego, mientras que el juego interior de los de Louisville empezaba a mostrar su superioridad, tanto por un guerrillero de las zonas como Chane Behanan (Con escasos 2 metros pero con mucha intensidad reboteadora, muy similar al estilo del jugador de los Jazz Paul Millsap), y con un Gorgui Dieng que aportó un poco de todo, pero en el que hay que destacar su gran visión de juego, muy importante en un center en la actualidad. 

Sumando todo esto, el marcador se puso 68-76 a falta de poco tiempo, lo que parecía sentenciar el partido.

Con más corazón que cabeza, y con unas penetraciones que parecía que le podrían costar la salud a Burke, los de Michigan se agarraban al partido, pero otro triple y 2 tiros libres decisivos de Hancock, hasta ese momento desaparecido en la segunda mitad, supusieron el definitivo 76-82.



El MVP de la final four fue Luke Hancock con sus 22 puntos (5 de 5 en triples).

También destacaron los números de Siva, (18 puntos, 6 rebotes 5 asistencias y 4 robos), Behanan (15 puntos y 12 rebotes, 7 de ellos ofensivos), y Dieng (8 puntos 8 rebotes, 6 asistencias y 3 tapones).

Por los Wolverines destacaron Burke con 24 puntos y muy buenos porcetajes, pero sin saber dirigir a su equipo debidamente, y los 17 puntos de la primera mitad de Albrecht.

Antes de terminar me gustaría destacar dos datos que me parecieron increibles, como son los 74.000 espectadores que se aunaron en el pabellón para el partido, pese a las entradas a precios desorbitados (entre los 137 y los 620 dolares), una demostración de como se vive en Estados Unidos el basket universitario, algo mágico.
   
   
    





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